La boxeadora bonaerense última detalles de cara al combate que la tendrá como protagonista del semifondo de la Fecha FAB 7, que se realizará en el Casino Buenos Aires. Su rival será la campeona argentina supergallo Juliana Basualdo, quien viene de ganar sus últimas siete peleas.

Cuentan que en Inglaterra, cuna del deporte moderno, ya en 1700 eran populares las peleas que tenían como protagonistas a mujeres de la clase obrera “acostumbradas al trabajo duro”. Sin embargo desde 1880 hasta 1996, la práctica del boxeo fue prohibida a las mujeres en ese país. En esta historia de prohibición y opresión se produjeron hitos como la primera transmisión por televisión en Estados Unidos en 1954, varios juicios que distintas boxeadoras llevaron adelante para poder obtener sus licencias, y la inclusión de la disciplina en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

En nuestro país, las mujeres practicaron boxeo amateur a lo largo de todo el Siglo XX. Pero recién en 2001 una mujer obtuvo la primera licencia profesional: fue Marcela “la Tigresa” Acuña, y con ella, el boxeo nacional inició una nueva etapa. Más de un siglo de lucha fue necesario para alcanzar los avances logrados en materia de igualdad de derechos en este deporte, en el que aún queda mucho camino por recorrer para lograr la igualdad total y genuina.

En esta nueva era del boxeo nacional Amalia Mazzarello sueña con consolidar su carrera a nivel local e internacional. Nacida en La Plata, desde los tres años se vinculó con el deporte. Fue gimnasta, atleta y jugó handball. La marca una adolescencia con dificultades que sobrellevó hasta que se mudó a la ciudad de Buenos Aires y con valentía logró establecer su estilo de vida actual, donde la música cumple un rol fundamental.

“El boxeo llegó de forma fortuita, aunque no creo en las casualidades, fue más bien escuchar y tomar las palabras de un gran amigo. Venía de un impass de no hacer deporte, estaba literalmente metida en un limbo de drogas, gente que no sumaba y mi conciencia supo que era la oportunidad de encarrilar nuevamente. Y así fue, apenas comencé a entrenar, la memoria del cuerpo fue instantánea. Creo que el boxeo en principio fue alquimia, un canal para reconectar con mi interior, con esa niña interior, donde liberé tensiones, frustraciones. Acompañó el cambio que estaba buscando. De repente sin darme cuenta después de un año ya estaba compitiendo. En febrero de 2017 tuve mi primer combate y en 2018 gané el Torneo Nacional con tan solo cinco combates a cuestas. De ahí en más no paré y pude dar el paso de decir y notar que el boxeo había pasado de ser canal, a ser contenedor de la persona que quería ser, dándome la oportunidad todos los días a verme, a ver el reflejo y sombra de Amalia, y así estar en el camino de ser todos los dias una mejor versión de mi misma”, nos cuenta Amalia.

Para Amalia, ser boxeadora en nuestro país es un desafío. En este sentido, afirma que: “el boxeo amateur en Argentina tiene muchos puntos a revisar. No se trata de género. Las deficiencias dentro del sistema del pugilismo amateur tocan a todos por igual. Son muchísimos clubes los que existen y muchos chicos y chicas que no tienen las oportunidades que merecen. Es uno de los deportes más marginales que hay, y uno de los deportes de carácter social por excelencia. He tenido la oportunidad de conocer muchos clubes, tanto en Argentina como en el exterior. Y el punto clave es el acceso de los púgiles a las herramientas básicas de calidad para entrenar, guantes, zapatillas, cabezal. Que los gimnasios estén equipados como se debe. Créase o no, eso también infiere en la psiquis del atleta. Otro punto es poder organizar nuestro boxeo, que cada región tenga visibilidad y más oportunidades de competencia. De la única forma que se gana experiencia es teniendo combates, es básicamente la manera de fomentar el crecimiento hacia una carrera profesional sólida».

«Es trabajo arduo generar un ranking amateur, lo sé, pero sería un salto fundamental para que los chicos y chicas tengan el reconocimiento y seguimiento que se merecen. Hoy en día la tecnología nos da la oportunidad de generar una base de datos online. Y por otro lado, creo que tendría que haber más información respecto a cosas fundamentales, como preparación física, nutrición, psicología, tanto para atletas como para técnicos. Por lo menos lo básico, pero que se instruya para generar un deporte más sano y consciente”.

Amalia Mazzarello forma parte del Programa de Apoyos Deportivos (PAD) que impulsa la Subsecretaría de Deportes de la Provincia de Buenos Aires, a cargo de Javier Lovera, y dependiente del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad. Para ella “el Estado debe reconocer al deporte federado como una carrera próxima a ser un trabajo. Es fundamental entender que el deporte para muchos no es un hobby y que no se puede crear un camino sólido si tenés que estar entrenando, trabajando o estudiando. El Estado con seguimiento real puede saber a quién hay que darle el empujón para que se enfoque en su carrera como deportista y se enorgullezca del camino elegido. Hay personas que nacemos para ser atletas, como así hay otros que nacieron para ser médicos”, sostiene Amalia.

El próximo sábado 3 de septiembre Amalia subirá al ring del Casino de Buenos Aires, donde por la 7ma fecha FAB enfrentará a la campeona argentina supergallo, Juliana Basualdo. “Vengo entrenando muy sólida, sobre todo la cabeza. Antes de mi último combate, sufrí un episodio llamado Burning Out, y me subí igual, eso no fue para nada sano, de repente me vi envuelta en una sobreexigencia propia, de tener que pelear, de tener que rendir, de pensar en el dinero que me hacía falta y me expuse a una situación interior muy fea. Saco esto a la luz para compartirlo, porque es algo común y de lo que no se habla, muchas veces por miedo a mostrarse frágil. Y la verdad no hay nada más importante que contar con buena salud mental».

«Así que mucho de la preparación actual vino por ahí, por reconectar con el goce de hacer lo que elegí, de ser atleta de alto rendimiento, de disfrutar el proceso y de las personas que me acompañan, de dejarse cuidar ¿no?. Así que acá estamos, sobre todo contenta y enfocada. Lo único que va a importar ese día, finalizada la pelea, más allá del resultado, es mirar a mi rincón y saber que dimos todo lo que teníamos y que hicimos un buen trabajo”, concluye.