Así lo expresó la integrante del Comité Asesor en Género y Diversidad Sexual (CAGD), creado por iniciativa de la Subsecretaría de Deportes de la provincia de Buenos Aires: “Hay que abrir la cancha desde una mirada comunitaria, debemos ampliar el espectro del juego. La actividad deportiva en territorio bonaerense es gigantesca y tiene que pensarse desde la apertura”.
La ex futbolista de All Boys y referente social de la Villa 31 – barrio donde formó el equipo de fútbol La Nuestra Feminista – fue convocada por el Subsecretario de Deportes de la provincia, Javier Lovera, para integrar el Comité Asesor en Género y Diversidad Sexual (CAGD).
Mónica Santino considera relevante y necesaria la iniciativa por parte de la Subsecretaria de Deportes de la provincia de Buenos Aires de crear un Comité, como paso previo a la conformación de un área de género, y aclara que “no debe pensarse como un espacio que se conciba como un problema de las mujeres y las diversidades sino que debe ser una política trasversal al Estado, desde la primer persona que trabaja en la institución hasta la última, ya que no es una actividad de una dependencia y debe irradiar a todo lo que la institución proponga como política pública”.
Para la referente social de La Nuestra Fútbol Feminista “el momento político que vive el movimiento de mujeres y diversidades, plantándose en la calle con mucha visibilidad e importantísimos aspectos que antes eran impensados que se tocarán”, permitió un “gran empuje que empezó a ocurrir por la tarea militante y el compromiso de muchísimas compañeras y compañeres en distintos deportes”.
En tal sentido, aseguró que “todos los temas vinculados a la actividad deportiva desde una perspectiva de género y diversidad sexual son importantes porque cobraron mucha relevancia en los últimos años con la popularización del feminismo”.
Y enfatizó: “Hay mucho por hacer y lo que podemos aportar desde una organización villera, barrial de la ciudad de Buenos Aires, donde construimos saber con muchísimas pibas me parece que lo podemos aportar en la construcción de un deporte diferente. Hay un gobierno provincial que plantea que estemos todes adentro y que mira al deporte como un aspecto de la vida importantísimo y un derecho humano que debe ser protegido y favorecido por el Estado”.
Al ser consultada por la decisión de integrar el CAGD, Santino sostuvo: “soy militante y no entiendo la vida quedándome en mi casa comiendo, durmiendo y que la vida pase; mi deseo más profundo pasa por la transformación y pienso que el deporte es un vehículo maravilloso para mejorar la vida de las personas porque jugar es un derecho humano”.
DESAFÍOS PARA EL CAGD
Pensar un deporte más justo “es una gran herramienta para eliminar la violencia de género porque la actividad deportiva como construcción social, hecho cultural o primer lugar de sociabilización, ha ayudado mucho a establecer patrones culturales que resultaron injustos y han dejado a muchas personas afuera”, manifestó Santino.
Un gran desafío para la integrante del Comité Asesor en Género y Diversidad Sexual es que “todos los cuerpos posibles, las disidencias y aquellas personas que han sido segregadas por distintas cuestiones culturales, puedan estar adentro de la cancha”.
Para la ex jugadora de All Boys “desde que jugamos cuando somos niñes hasta que somos adultes, ciertas actividades físicas son promovidas para mujeres y otras no”; se pregunta “por qué hay una masculinidad construida a partir del ejercicio de la fuerza o la violencia, por qué ganarle a otro significaría aplastarlo, matarlo, y de ahí la cantidad de connotaciones sexuales, y por qué los colectivos LGBTQ+ están siempre fuera de estas lógicas del deporte mirado únicamente como una competencia o bien de mercado”.
Convencida de que la tarea del CAGD “puede ser un puntapié para revolucionar vidas y no pensar que el único destino que tenemos como mujeres en los barrios es la maternidad”, Santino cree que “puede haber otras cosas por hacer y que capaz se puede elegir en qué momento ser madre ¿no?”
Su accionar como militante evidencia “el enorme aporte que las pibas y el conjunto de La Nuestra hace para pensar al fútbol desde el feminismo, ocupando la cancha y limitando las tareas de cuidado para que no la hagan únicamente las mujeres. Pensar que tenemos derecho al ocio, al tiempo libre, a mirarnos con otra compañera, a tirarnos paredes, a disfrutar de ese juego, en ese rato que somos felices”.
Para Mónica Santino el gran reto es el que se encara a partir de las capacitaciones que se pudieron hacer en tiempos de pandemia – con el deporte parado – y parte fundamentalmente desde la deconstrucción. Sostiene que la actividad deportiva está basada en cimientos absolutamente binarios, a partir de lo que culturalmente es “ser varón o mujer”, con mitos y prejuicios muy instalados desde el lado biologicista. Asegura que la base de que el deporte se haya gestado así es eminentemente cultural.
Al respecto, la futbolista manifestó su gran anhelo de que “cuando termine la pandemia, o cuando los riesgos sanitarios sean menores, podamos recorrer el territorio. Si hay algo maravilloso, fascinante, de la provincia de Buenos Aires es la cantidad de idiosincrasias distintas y clubes con diversas lógicas. Hacer diariamente, hablar, y poder encontraros con la gente nos va a ayudar mucho a pensar áreas, lugares y protocolos de género que sean construidos comunitariamente”.
Para finalizar, la integrante del Comité Asesor en Género y Diversidad Sexual señaló que “este es solamente el puntapié inicial para pensar colectivamente cómo incluimos más compañeres, y de qué manera pensamos más política en función de todo lo que queremos cambiar”.